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Europa vista desde Moscú 25 años después del Muro

La caída del Muro de Berlín causó un cambio enorme en el mapa geopolítico de Europa. La Unión Soviética controlaba entonces la mitad del continente. La caída del Muro fue el final de esa dominación.

La caída del Muro de Berlín causó un cambio enorme en el mapa geopolítico de Europa. La Unión Soviética controlaba entonces la mitad del continente. La caída del Muro fue el final de esa dominación.

Todos los países del difunto Pacto de Varsovia cambiaron de bando y se metieron en la OTAN. La propia Unión Soviética se derrumbó y dio lugar a quince estados diferentes.

Moscú veía así cómo sus fronteras de seguridad se trasladaban mil kilómetros hacia el Este; es decir, cómo los estadounidenses se metían en territorio que durante más de cuarenta años había sido controlado por los rusos.

Mientras existió el Muro de Berlín y el Pacto de Varsovia, los rusos tenían a los americanos muy lejos; pero, tras la entrada de Estonia, Letonia y Lituania en la OTAN, los tienen demasiado cerca. De todos los países exsoviéticos, el que más le importa y le preocupa a Rusia es Ucrania. Fue casi un milagro que Moscú permitiese la entrada en la OTAN de las tres repúblicas bálticas; pero en el caso de Ucrania ha trazado una línea roja. Si Ucrania entra en la OTAN, los americanos se le meten a Moscú hasta en la cocina.

Por tanto, Rusia está dispuesta a llegar hasta donde haga falta para impedir una entrada de Ucrania en la OTAN, y ni siquiera acepta que Ucrania entre en la Unión Europea. Es muy importante, a la hora de analizar la crisis de Ucrania, entender cómo ve Moscú el mapa europeo.

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