DATOS DE EUSTAT
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El trabajo doméstico no remunerado equivale casi el 29 % del PIB de la CAV

En relación a la distribución por sexo, es fundamentalmente femenino, aunque la implicación de los hombres ha aumentado 15,8 puntos porcentuales en treinta años.
Foto de archivo de Pixabay

El valor del trabajo doméstico no remunerado equivale al 28,8 % del Producto Interior Bruto (PIB) de la CAV, al alcanzar en 2023 los 26 856 millones de euros, según datos elaborados por Eustat.

Según ha destacado el Instituto Vasco de Estadística, este dato pone de relieve la importancia de las actividades realizadas en el hogar, que en su mayoría no se contabilizan en el PIB, pero resultan "esenciales para el bienestar colectivo".

El Instituto Vasco de Estadística ha elaborado la séptima edición de la Cuenta Satélite del Trabajo Doméstico de periodicidad quinquenal, cuyo objetivo fundamental es proporcionar una imagen global de las actividades productivas realizadas por los hogares y estimar el valor económico aportado.

En 2023, la distribución por funciones del trabajo doméstico refleja las mismas prioridades que en 2018, aunque con algunas diferencias. La función de Proporcionar alojamiento mantuvo un peso del 29,6 %, igual que hace cinco años.

Sin embargo, otras funciones han ganado relevancia, como la función de proporcionar comida, que aumentó hasta el 43,4 % (tres puntos más que en 2018) y proporcionar ropa y otras actividades, que subió al 8,1 % (medio punto más). Por el contrario, la función de proporcionar cuidados y educación ha descendido hasta el 18,9%, tres puntos y medio menos que en 2018. 

Respecto a la distribución por sexo, persiste una brecha de género "significativa", ya que en 2023, el 63,5 % es realizado por las mujeres (67,2% en 2018). A pesar de ello, la implicación de los hombres ha aumentado 15,8 puntos porcentuales en treinta años, respecto a 1993.

El reparto territorial del valor del trabajo doméstico no remunerado se corresponde con el tamaño de la población. Así, Bizkaia concentra el 55,2 % de la producción doméstica de Euskadi, seguida de Gipuzkoa con un 30,3% y Álava con un 14,5 %.

La evolución de los últimos treinta años refleja el carácter contra cíclico de la producción doméstica, de forma que durante periodos de crisis se produce una transferencia de recursos desde la economía de mercado hacia el trabajo doméstico no remunerado, mientras que en fases expansivas se tiende a externalizar parte de estas actividades, ha explicado Eustat.
   
En 1993, el peso del trabajo doméstico no remunerado en el PIB alcanzó el 45,5 %, mientras que en 2023 supuso el 28,8 %, manteniéndose en niveles similares a los de la edición anterior (27,4 % en 2018). 

 

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