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Escocia, con la reina a vueltas

Hasta ahora, Isabel II no había abierto la boca, aunque sus portavoces ya habían dicho que estaba muy preocupada y que quería ser neutral.

Una de las cosas más sorprendentes de lo que está sucediendo en Escocia es que, si Escocia se convierte en un país independiente, seguirá manteniendo la monarquía como forma de Estado. El Reino Unido perderá una tercera parte de su territorio, pero Isabel II seguirá siendo la reina de los escoceses.

En el resto del mundo, la gente vería más lógico que Escocia se convirtiera en una república, pero dentro del Partido Nacional Escocés, el que impulsa la independencia, los republicanos son una minoría.

Está visto que los británicos, sean ingleses o escoceses, son especiales. No se entiende muy bien tanta popularidad de la monarquía, teniendo en cuenta que ha sufrido escándalos muy graves.

Lo cierto es que Isabel II está en una posición delicada. Evidentemente, le interesa que su reino siga unido; pero no le conviene que los escoceses se enfaden con ella. Pero claro, cuando decimos "los escoceses", ahí entran tanto los que quieren la independencia como los que no.

Hasta ahora, Isabel II no había abierto la boca, aunque sus portavoces ya habían dicho que estaba muy preocupada y que quería ser neutral. Por fin ha hecho un comentario, no oficial pero sí en público. Y parece que lo que ha querido decir, con eso de que "se lo piensen con cuidado", es que los escoceses se inclinen por el no.

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