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Hungría: dinero sí, refugiados no

Lo que no puede ser es que, cuando la Comisión reparte dinero y les toca a ellos, les parezca bien; pero cuando reparte refugiados, les parezca mal.

El Parlamento de Hungría ha dado luz verde al referéndum que quiere convocar el Gobierno para que los ciudadanos digan "sí" o "no" a la acogida de refugiados a Hungría. En realidad, el Gobierno ya ha decidido y se ha negado a la llegada de 2.300 refugiados, que son los que le tocaron a Hungría en el reparto de 160.000 refugiados acordado el pasado septiembre por la Unión Europea. Por lo tanto, en la práctica, Hungría ya ha rechazado a los refugiados, y lo que quiere el presidente Orban es que el pueblo le dé la razón. Dice que está en juego la soberanía de Hungría y que Bruselas no debe decidir quién entra en Hungría.

A primera vista, todo muy democrático, pero hay un problema: cuando se entra en la Unión Europea, se hace una cesión de soberanía en muchos temas. Las instituciones europeas tienen poder de decisión en esos temas, porque si no, nunca se podría adoptar ninguna medida vinculante. Por ejemplo, la Comisión Europea decide el reparto de los fondos estructurales, es decir, dinero que ponen los países ricos para dárselo a los pobres. Hungría se beneficia de esos fondos estructurales. Lo que no puede ser es que, cuando la Comisión reparte dinero y les toca a ellos, les parezca bien; pero cuando reparte refugiados, les parezca mal.

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