Un manifestante herido en una protesta ecologista en Francia se debate entre la vida y la muerte

Un hombre de 30 años que participó en la protesta ecologista del sábado en Sainte-Soline, en el centro-oeste de Francia, contra los embalses agrícolas se encuentra en estado crítico y se debate entre la vida y la muerte, según ha informado la Fiscalía de Poitiers.

El hombre tiene un traumatismo craneoencefálico resultado de un fuerte impacto, mientras que otros dos manifestantes fueron atendidos con urgencia absoluta: una mujer de 19 años que sufría un traumatismo facial y un hombre de 27 años con un pie roto.

Además resultaron heridos un total de 29 gendarmes, incluidos 2 que se encuentran en emergencia absoluta sin que corra peligro su vida, según el balance de la Fiscalía, aún "provisional". También fueron hospitalizados con emergencia relativa dos periodistas, según recoge la cadena BFMTV.

El fiscal Julien Wattebled ha anunciado una investigación "para determinar la naturaleza exacta" de las lesiones graves de un total de tres manifestantes y "las circunstancias en las que" estas personas resultaron heridas.

200 heridos, 40 de ellos graves

Los organizadores, Levantamientos de la Tierra, han asegurado que hay 200 manifestantes heridos, 40 de ellos de gravedad, como consecuencia de los violentos enfrentamientos con la Policía.

La manifestación no estaba autorizada y reunió a unas 6.000 personas, según las autoridades, 30.000 según los convocantes. Los activistas pretendían ocupar el embalse agrícola para denunciar esta práctica que consideran implica la privatización de un recurso público como el agua.

El Gobierno calificó los incidentes de "oleada de violencia intolerable" de la que responsabiliza a los manifestantes, pero los organizadores atribuyen la responsabilidad de los enfrentamientos a la policía.

Este incidente se suma a los episodios de violencia en las recientes manifestaciones contra la reforma de las pensiones, con graves disturbios y más de 400 detenidos en la capital, París, el pasado jueves. Organizaciones de Derechos Humanos como Human Rights Watch o Amnistía Internacional han denunciado el "uso excesivo de la fuerza".